La prohibición de la agencia de envío de las Naciones Unidas, la Organización Marítima Internacional (OMI), sobre el uso de combustibles con un contenido de azufre superior al 0,5%, con el objetivo de reducir la contaminación, ha agitado los mercados petroleros y ha provocado la volatilidad de los precios de productos con alto contenido de azufre como el combustible