Desde Nueva York hasta Bogotá, la arepa venezolana es hoy devorada por infinidad de comensales gracias a la diáspora criolla. Con un sinfín de rellenos posibles, este plato representativo de la gastronomía local, fácil de comer con la mano, alimenta ahora la oferta gastronómica de los países receptores de venezolanos. Aquí sus historias