Barquisimeto.- El pueblo de Tintorero, en el estado Lara, se identificó por décadas como el centro económico artesanal más importante de Venezuela. En la actualidad son pocos los artistas que continúan con su oficio como modo de vida, pues la mayoría ha tenido que dejarlo a un lado para sobrevivir en otros oficios.
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Carlos Mendoza es uno de los casos que reflejan el deterioro de la zona. Fue artesano durante 25 años, y en su mejor época horneaba hasta 10.000 piezas de arcilla al mes, en el horno instalado en el patio de su casa. Desde hace cuatro años la crisis económica en Venezuela lo obligó a dejar su arte para trabajar como bedel en una escuela durante las mañanas y de vigilante nocturno en un invernadero.
