El pasado 11 de mayo el presidente de la Asamblea Nacional electa en 2015, Juan Guaidó, propuso retomar las negociaciones para trazar una hoja de ruta que incluya la celebración de elecciones presidenciales supervisadas por la comunidad internacional y el levantamiento de las sanciones, progresivamente, en caso de que se cumpla el acuerdo.
La propuesta tuvo eco en el gobierno de Nicolás Maduro, quien estableció cuatro condiciones para instalar una mesa de diálogo nacional: levantar de inmediato las sanciones internacionales, el reconocimiento de la Asamblea Nacional oficialista y los poderes públicos, la devolución de las cuentas bancarias y activos, y que sea un acto público. Sin embargo, Guaidó considera imprudente que las conversaciones sean públicas y transmitidas a través de los medios de comunicación.
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Para el exsecretario ejecutivo de la extinta Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y presidente del Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro, Ramón Guillermo Aveledo, un proceso de este tipo debería llevarse con discreción. El también doctor en ciencia política, enfatiza que en escenarios de confrontación política tan polarizados, como el caso de Venezuela al que se suma una profunda crisis humanitaria, tarde o temprano hay que negociar, al tiempo que subraya que la negociación es una herramienta política legítima que no se puede desechar.
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