La oposición conmemoró el 23 de enero en un acto improvisado en la plaza Bolívar de Chacao que no contó con muchas personas. | Foto: Gabriela González
Caracas.- Cambio de locación, sin sonido y bajo un sol inclemente. Así fue parte de este 23 de enero para los opositores que salieron a conmemorar un año más de la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, pero también un año de la proclamación de Juan Guaidó como presidente encargado.
La cita inicial era en el oeste. Algo que ya de por sí llamaba la atención porque salía de lo habitual. La concha acústica de La Paz, en la urbanización El Paraíso había sido el lugar escogido desde hace unos días para celebrar la fecha con lo cual, ya de inicio, no esperaban un acto masivo.
Desde las 9:00 am comenzaron a concentrarse algunos vecinos. Pocos diputados se veían, pero sí varias alcabalas de las Faes y también adeptos al oficialismo que se trasladaban en motos.
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Algunos autobuses donde venían opositores desde zonas como Catia fueron parados por la Policía Nacional Bolivariana (PNB), que obligaron a bajar a las personas, como lo relató Ricardo Proaño.
Después de una hora, la dirigencia opositora decidió trasladarse hasta la plaza Bolívar en Chacao.
Algo similar a lo que le ocurrió al señor Proaño le pasó a Marivel Peña. Ella venía de Macarao con un grupo de amigos y al ver las alcabalas decidieron desviarse. Cuando se enteraron que el lugar se cambió, se dirigió a la plaza Bolívar, aunque llegó tarde.
Ella señala que sigue apoyando a Guaidó. Reconoce que hn habido fallas, pero aun así está dispuesta a “seguir adelante porque con el miedo no voy a hacer nada”.
También reconoce que, a veces, siente desesperanza e impotencia y aboga más por la unidad y por una mayor participación de la gente.
Pero también hubo molestias. Eddy González, vecino de El Paraíso, criticó la decisión porque considera que es “seguir cediendo terreno”.
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El motivo argumentado por la dirigencia fue la seguridad. Les retuvieron el sonido y amenazaron a la agencia que les facilitaría las sillas, según denunció el diputado Alfonso Marquina.
Así, el acto en la plaza fue todo lo improvisado que podía ser: con poca gente y tuvo que ser algo muy corto.
Aunque no era una sesión formal de la Asamblea Nacional, puesto que la mayoría de diputados se trasladaron a sus regiones para realizar otros actos, había un orador de orden. El historiador Guillermo Tell Aveledo.
Tenía su discurso impreso, pero tuvo que improvisar ya que no había micrófonos. Solo un megáfono que llegó a último momento y que no funcionó.
Las personas igual estaban dispersas por el sol inclemente.
Tell Aveledo calificó al gobierno de Nicolás Maduro como un gobierno autoritario que tiene a cientos de venezolanos “expuestos a la miseria y el hambre”.
Destacó la “valentía” de la dirigencia opositora, pero también les hizo un llamado a asumir la responsabilidad de “guiar” a los venezolanos que, según dijo, “estamos dispuestos a dar un paso al frente”.
Juan Pablo Guanipa reconoce que hay un cambio desde el 23 de enero de 2019 a este. Le atribuye al flujo normal que ocurre en la política.
Guanipa además reconoce que hace un año había un “impresionante apoyo popular” que dice, se mantiene, pero que no es menos cierto que si la gente siente que no está cerca de lograrse un cambio, “se retrae”.
Asume los errores que se han cometido y señala algunos: sobredimensionar las expectativas, no haber caracterizado lo que Maduro significa y no haber tenido una unidad monolítica.
Sin embargo, asegura que hoy la unidad está mucho más “sólida” pese a lo ocurrido con un grupo de diputados que se habrían vendido. Un grupo que Guanipa insiste en resaltar que son minorías, mientras que “150 diputados, entre principales y suplentes, estamos comprometidos con el país”.
Guanipa también hace votos porque la decisión que se tome, sea participar o no en las parlamentarias, se tome en unidad.
El acto culminó con la invitación a los seguidores de la oposición a acompañar a los diputados hasta la sede del Palacio Federal Legislativo el próximo martes 28 de enero.
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