Cumaná.- Los ríos Blanco y Colorado se salieron de su cauce y destruyeron unos 30 metros de la carretera que comunica a los sectores rurales de la parroquia Raúl Leoni, municipio homónimo del estado Sucre, con Cumaná y Puerto La Cruz, estado Anzoátegui.
Aunque el nivel del agua había bajado este 30 de septiembre, la mañana de este 1° de octubre subió y volvió a entrar a las casas. El párroco de la iglesia de Santa Fe, José Gregorio Barrios, informó a El Pitazo que las casas de unas 150 familias se inundaron.
Las fuertes lluvias causaron que las aguas de unas seis quebradas bajaran desde el macizo del Turimiquire y se unieran a los dos afluentes para, posteriormente, afectar a los habitantes de La Curva, La Florida, Botalón, El Limonal, San Pedrito y El Naranjo. Debido a esto, el paso hacia ambas zonas está restringido y el párroco agregó que los vehículos sólo llegan hasta la comunidad de La Curva y de allí en adelante, sólo circulan motos y burros, que son utilizados por los agricultores para bajar sus cosechas de la parte alta del cerro, donde la afectación fue menor.
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El presbítero de Santa Fe indicó que a través de la Iglesia Católica recolectaron vestidos, zapatos y comidas para las personas damnificadas. “Hay gente deprimida que no tiene ni una muda de ropa, que tampoco tiene donde cocinar los alimentos porque sus cocinas se las llevó el río”, contó.
Una de las personas damnificadas es Luis Araguache, residente de San Pedrito, quien dijo a El Pitazo que las aguas ingresaron a su vivienda y le dañaron la nevera, el escaparate, los colchones y toda la comida. “Las cholas, los zapatos y todas las ropas se las llevó el río”, lamentó Araguache, quien al mismo tiempo solicitó ayuda al gobierno regional no solo para él sino también para los agricultores que perdieron los conucos de maíz, plátano, ocumo y auyama.
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Joleyda Malavé, residente del sector La Curva, explicó que desde que fueron afectados por la crecida de los ríos no han recibido ayuda del Gobierno nacional o del local. Ningún representante ha acudido hasta el pueblo para reparar la tubería de agua potable que el río también se llevó. Esta mujer es agricultora, recordó que el pasado 14 de septiembre fue la primera vez en este año 2020 que el río se salió de su cauce y acabó con todas las siembras de la zona, lo que hace un panorama poco alentador para aquellos cuyos únicos ingresos dependen de la tierra.
América Anzola, otra afectada por la crecida del río en el sector La Florida, dijo que ahora es cuando más necesitan que se les venda las cajas del Comité Local de Abastecimiento y Producción (Clap), pues la última vez que las recibieron fue en agosto. “Tenemos tres meses sin gas doméstico. Vivimos en una zona rural, pero con las lluvias los palos están mojados y no sirven para hacer los fogones”, expresó.
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