¿Qué pasó con Erika Farías y el Frente Francisco de Miranda?

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LOS PITAZOS DEL DIRECTOR


Por: César Batiz

Así como llegó se fue Erika Farías de la Alcaldía de Libertador, lo cual demuestra que no existe ningún respeto a quienes, sean cuales fueron las razones y las condiciones, le dieron su voto en diciembre de 2017.

Dejó la gobernación de Cojedes en 2016 para asumir un ministerio fantasma, para luego tomar el municipio capital del país por disposición del Partido Socialista Unido de Venezuela. 

Ahora se marcha, sin pelear, como si fuera un cuadro disciplinado, sin vergüenza, porque según dijo en su carta del 26 de agosto, realiza “la entrega del Municipio Bolivariano Libertador en función de contribuir a la preparación de las fuerzas patriotas para una nueva victoria”. Ya contaremos las veces que aparezca al lado de la candidata Carmen Meléndez.

Desde hace al menos dos meses he preguntado sobre su futuro a fuentes chavistas. Entiendo que su debut y despedida en un solo periodo de gestión se debe a las exigencias y movidas que ella y otros hicieron desde el Frente Francisco de Miranda (FFM), sin el visto bueno del entorno de Nicolás Maduro, pero sí trabajando muy de cerca con Elías Jaua, el mismo a quien el Psuv no dejó competir en las elecciones internas del 8 de agosto. 

Esa relación, nada agradable para el inquilino de Miraflores (o de Fuerte Tiuna), condenó a la exalcaldesa y a todo lo que huela al frente, por lo menos por ahora.

Claro está, con ausencia de personal medianamente calificado y el manual de Maquiavelo en la mano, no extrañaría que en un futuro inmediato Farías aparezca de nuevo en un gris ministerio, para ver si puede recuperar el favor del poder madurista perdido en estos años, cuando, por diversas razones, se enfrentó a los militares acaparadores de alimentos, a Cilia Flores y a Delcy Rodríguez.

Amados por Chávez, rechazados por Maduro

Creado en Cuba en junio 2003 por Fidel Castro y Hugo Chávez, el Frente de Luchadores Sociales Bolivarianos Francisco de Miranda, con sus brigadas nacionales, estadales, municipales y locales, se convirtió en un brazo operativo para las misiones del periodo de las vacas gordas del oficialismo, pero también para ganar elecciones. 

Para 2009, los integrantes del FFM recibían una beca de $233, de acuerdo con una nota de El Tiempo de Bogotá de la época.

En 2010, el FFM manejó la Vicepresidencia de la República a través de Elías Jaua, así como nueve ministerios. Eran de la absoluta confianza de Chávez y con suficiente poder para enfrentar a Diosdado Cabello, el eterno segundo al mando del partido oficialista.

Maduro designó a Jaua padrino protector del FFM en 2015. En 2017, el mismo mandatario le aprobó a esa organización más de $2.000.000 a cambio oficial para diferentes obras. Para ese momento Farías era la líder del movimiento. 

A partir de 2018, las relaciones comenzaron a agrietarse. En el IV Congreso Nacional, Jaua y los integrantes del Frente Francisco de Miranda insistieron en la tesis de la revisión. Se le unieron exministros de Chávez y hasta una frustrada marcha de campesinos que Maduro nunca recibió.

A veces una sencilla nota de prensa en un portal oficialista dice mucho del grado de cercanía y de las buenas relaciones con el poder. El 29 de junio de 2020, la página web de Venezolana de Televisión publicó una nota recordando el aniversario del FFM. Un post de Nicolás Maduro era acompañado por otro de Erika Farías felicitando a los brigadistas. La misma reseña, en el mismo portal, en junio de 2021, con idéntica foto, solo apareció el mensaje de Maduro. Farías ya estaba condenada.

De acuerdo con fuentes del chavismo, la exalcaldesa intentó organizar al frente en barrios de Caracas sin autorización del partido. Pensaba en su reelección. Otro consultado dijo que las acciones iban más allá. La inteligencia oficialista mantiene un seguimiento a Jaua, quien critica el autoritarismo militar del gobierno de Maduro. Eso condenó a todo lo que estuviera cerca del exvicepresidente, quien, sin embargo, aún tiene la protección de la familia Chávez.

Otra fuente advierte de las conversaciones de Jaua con exministros en el exilio e incluso con presos políticos, todos ellos con un inmenso deseo de convertirse en el relevo de Maduro. 

Aunque siempre disciplinados para lavar los trapos sucios en casa y no permitir bajo ningún concepto que la oposición tome el poder, las heridas internas del oficialismo siguen allí vivas. ¿Cuánto más resistirá? ¿Será para esto que Maduro necesita una negociación que levante sanciones y permita distribuir recursos entre las facciones oficialistas? Dejo la pregunta.

Dato de cierre

A partir de esta columna dejaré al menos un dato para desarrollar posteriormente.

Hoy hablaré de la facilidad con la que empresarios señalados de corrupción o incluso de narcotráfico se encuentran en Florida y llegan incluso a tramitar su asilo político. No es solo el caso de Namam Wakil, de quien ya escribí en una anterior entrega. 

Por cierto, de este empresario cárnico, supe que se encontraba en EE. UU. desde que huyó de Venezuela. No se escondía. Había entrado en negociación con las autoridades federales para dar información de los casos de corrupción. ¿Qué falló? ¿Por qué lo detuvieron? Eso está por saberse. 

Lo cierto es que más de un empresario señalado por corrupción o incluso con expedientes abiertos por narcotráfico en Venezuela, permanece en Miami a la espera de su asilo. Pero no seamos tontos. Nada de eso no es posible si no están colaborando y condicionados por la justicia de EE. UU. que cada cierto tiempo debe halar la cuerda.


CÉSAR BATIZ | @CBatiz

Periodista egresado de la Universidad del Zulia, especializado en Periodismo de Investigación. Director de El Pitazo.