Mes del periodista

Por Gloria Cuenca*

Por ser nuestro día el 27 de junio, hemos decidido, -democráticamente- que todo el mes de junio, debe ser una conmemoración para quienes hemos hecho del periodismo y la comunicación una tarea de servicio: informar noticiosa, imparcial, veraz y oportunamente, tal como reza nuestra C.N. (Art. 58). Sin embargo pensarán, poco hay que celebrar en estos tiempos.

Creo, como dice Augusto Mijares, “heroe, es quien resiste, cuando los otros ceden, el que cree cuando los otros dudan, el que se rebela contra la rutina y el conformismo, el que se conserva puro, cuando otros se prostituyen. Un libro de moral cívica, puede ser también una epopeya”. Vista nuestra situación existen numerosos héroes y heroínas en nuestra noble profesión.

Esto no debe pasar desapercibido. Hay que señalar, que así como en nuestra manera de ser, la mayoría de las costumbres y acciones, se encuentran en proceso de cambio ver y darse cuenta de las cosas maravillosas que ocurren- a pesar de los pesares- es un reto. Ser capaces de observar el mérito extraordinario que tienen nuestros colegas, hombres y mujeres, al enfrentar la obsesión manifiesta de los entes gubernamentales por impedir que la información noticiosa se divulgue y se sepa la verdad de lo sucedido, ha sido enfrentada con heroicidad, rectitud, ética y honestidad, por la mayoría de nuestros colegas. ¿De qué manera hacerles saber a estos hombres y mujeres nuestro agradecimiento? Es tarea trascendental la que realizan. Hay que decirlo. No cuesta trabajo, ni dinero, solo tener el alma limpia de rencores y envidias: “Los periodistas venezolanos -mujeres y hombres- enfrentados a este régimen son héroes y heroínas civiles”.

Ciudadanos comunes y, en mi caso, antigua docente de muchos de esos seguidores de la libertad, la verdad y el sacrificio, -repito, héroes y heroínas- desde mi corazón les doy un aplauso por lo que hacen a favor de la democracia y la libertad en Venezuela. En este país que se acostumbró a descalificar, llegó la hora de valorar lo bueno que se hace, las conductas que merecen respaldo, las actitudes que marcan la diferencia entre lo bueno y lo malo, lo mediocre y lo trascendente. Recuérdenlo , el regalo más preciado, no es dinero, ni poder politiquero. El dinero, es cierto, hace falta, bien habido, para que podamos andar con la frente en alto, producto de nuestro trabajo honrado, y de lo que siempre debemos sentirnos orgullosos.

El poder, al que con legitimidad aspiramos, refiere a la política o al amor. El politiquero no tiene nada que ver con lo mencionado; el amor tiene y debe ser verdadero, lo observamos y notamos con facilidad. Cuando es manipulativo resulta una farsa, se descubre con facilidad. ¡Adelante y muchos éxitos colegas periodistas. Felicidades en su día y sigan en la lucha, serán un ejemplo para las nuevas generaciones!

@EditorialGloria