La verdad de la ONU y los derechos humanos

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Por: César Mogollón

En la semana del 75 aniversario de la Organización de las Naciones Unidas recordamos el papel protagónico de esta institución en la consolidación del multilateralismo. La ONU fue fundada apenas concluida la Segunda Guerra Mundial. Desde sus inicios se destacó por fomentar la paz y el diálogo como vías diplomáticas para resolver conflictos.

Las barbaridades ocurridas durante la Segunda Guerra Mundial hicieron reflexionar los alcances de los conflictos bélicos, que por el avance tecnológico pueden significar la destrucción del mismo planeta. La práctica de aniquilar al adversario por pensar y ser distinto dejó entredicho hasta qué punto el ser humano se había desarrollado como civilización.

Con la carta de Naciones Unidas se forjó un acento fundamental en la vida del ser humano y sus derechos inalienables, esto se plasmó en una serie de valores que representarían el futuro de la humanidad. La conformación de la organización no significó el fin de las guerras, pero sí un medio para poner fin a ellas, por la legitimidad internacional que abarca a prácticamente todos los países del mundo.

Durante largas décadas el multilateralismo ha sido complejo. El pasado de la Guerra Fría, el arribo de la globalización y la actual situación de pujas entre potencias, refiere que los conflictos y transformaciones económicas y sociales jamás van a detenerse ni acabarse. Hay que convivir con los riesgos y oportunidades que ofrece cada contexto.


Con la carta de Naciones Unidas se forjó un acento fundamental en la vida del ser humano y sus derechos inalienables, esto se plasmó en una serie de valores que representarían el futuro de la humanidad

César Mogollón

Lo que sí representa una línea transversal para el mundo de hoy y mañana, con los cambios que ocurran en el devenir histórico, es la defensa y protección de los derechos humanos. Este triunfo de la diplomacia internacional siempre estará inacabado. En numerosos territorios con Estados frágiles aún persiste violaciones sistemáticas a la vida de ciudadanos por parte del Estado, y en otros con mayor institucionalidad ciudadana los derechos humanos son transgredidos. Por este motivo, luchar por la ciudadanía es una batalla infinita por ampliar derechos.

Venezuela es miembro fundador de la ONU e históricamente ha tenido una posición proclive a la paz, sirviendo hasta de mediador en algunos conflictos (caso centroamericano), pero recientemente la coyuntura política nacional ha hecho que esta institución ponga la mirada en el país, debido a los preocupantes sucesos que acontecen en la vida de cientos  de venezolanos en los duros años de la crisis.

El informe de la comisión de DD. HH. de la ONU sobre Venezuela publicado hace pocos días reitera las violaciones a los DD. HH. de manera sistemática que afecta al libre desenvolvimiento de las libertades públicas. La función de un Estado está en defender la integridad de los ciudadanos proporcionando la mayor seguridad social posible, en la realidad los venezolanos vemos muy lejos esta labor. La crisis deja indefensos a millones de personas de su sustento básico y los desmanes de algunos miembros de cuerpos de seguridad del Estado fracturan constantemente el Estado de derecho, como refleja el informe.

Los sectores democráticos de Venezuela tenemos que ser fieles a los DD. HH. para abrir los espacios a una reconciliación verdadera, mesas por la verdad y la reparación de las víctimas es indispensable para el diálogo porvenir,  donde la ciudadanía será el centro para el nuevo comienzo nacional.


CÉSAR MOGOLLÓN | @CESARMOGOLLONG

Activista político. Coordinador nacional del Movimiento Político Alianza Centro Venezuela