El negocio digital que quiero

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Todos tenemos en algún momento una idea “brillante” de negocios y siempre tenemos la duda de si es escalable para el mundo digital o no. Pienso que en un mundo altamente interconectado no hay negocio que se resista a lo digital. Y por muy presencial que luzca, al final siempre se termina llevando a esa inteligencia colectiva llamada internet.

Y la razón por la cual arrancamos con esas barreras es que nuestro entorno siempre nos dirá que no es bueno emprender. Estamos formados por el concepto mismo para trabajar en situación de dependencia y es normal que pensemos que todo saldrá mal.

En este contexto, sin embargo, hay una noticia buena, que si bien profundizaré en notas futuras, creo que es bueno enunciarla ahora mismo porque representará un cambio en el mundo profesional como lo conocemos. La llamada generación Z está más interesada que otras en formar su propio negocio y buscar por medios propios ese cliché llamado independencia financiera. Pienso que eso acelerará las necesidades de los seres humanos por trabajar de forma independiente.

Una vez que tenemos pensado e investigado (esto es fundamental) el negocio que queremos, viene la etapa más interesante. ¿Cómo escalarlo al mundo digital? Mi recomendación es simple: hay que armar el plan de negocio, incluyendo desde el inicio los dos conceptos. Son canales de distribución distintos que debemos armar en paralelo y no de forma independiente.

Ser un empresario, y más digital, implica asumir toda clase de responsabilidades y compromisos. Pero todo esfuerzo se ve recompensado cuando tu proyecto se hace realidad y va creciendo poco a poco.

Pero veamos algunas ventajas que implica emprender en el mundo actual:

1. Flexibilidad de trabajo. Tenemos la posibilidad de contar con libertad de organizar nuestro tiempo como queramos. Pero atención: ser empresario digital implica también trabajar casi que 24 horas, 7 días a la semana, 365 días al año. Sobre todo los que ofrecen servicios.

2. Seguridad profesional. Cuando somos nuestros propios jefes podemos estar seguros de que no nos van a despedir. Es grandiosa esa sensación, porque en entornos inestables como los que vivimos o lo inseguro que se volverá la economía en el futuro, ser autoempleado o emprendedor nos aportará mucha seguridad y tranquilidad.

3. Aprendizaje. Es uno de los aspectos que más he disfrutado como empresario digital. Nuestra vida se convierte en un constante y muy enriquecedor aprendizaje. Debemos escuchar consejos de otros que han iniciado este camino antes que nosotros y aplicarlos a nuestro negocio.

4. Colaboración. Ha sido la sorpresa más positiva con la que me he encontrado en mi vida de autoempleo. Las personas ayudan y colaboran entre sí más que en una empresa. No existe esa envida profesional o competencia que tanto fomenta el mundo corporativo.

5. Desarrollo de nuevas habilidades. Aprendemos todos los procesos y eso nos hace sólidos profesionales. Yo he visto y desarrollado todo en mi negocio, desde el marketing y las ventas hasta la contabilidad. Ampliamos conocimientos y nos convertimos en profesionales holísticos.

6. Toma de decisiones. Tendremos que tomar muchas decisiones. Esto nos hará personas más decididas y resolutivas, algo que nos servirá también para nuestra vida personal.

7. Networking. El espíritu emprendedor nos llevará a conocer a otras personas que también han creado su propio negocio para compartir ideas y, por qué no, hacer sinergias. Aquí te aconsejo algo que me funcionó muy bien. Irte a un coworking para contactar con personas. Mis primeros clientes fueron profesionales que conocí en estos entornos.

Cuando interiorizamos estos beneficios, nos damos cuenta de que el negocio que queremos es posible en el mundo digital.


RAMÓN CHÁVEZ | @chavezrosas

Comunicador social, exdirector de empresas multinacionales, consultor de marca en LinkedIn, capacitador y fundador de El Primer Piso.

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