En Ciudad Bolívar no hay recarga gratuita | Foto: Referencial
Valera.- Un paciente con COVID-19, a quien sus médicos le hayan prescrito oxigeno, puede llegar a gastar, de manera privada, entre 200 y 300 dólares al mes por este servicio en el estado Trujillo.
Esto según lo constataron, en la mañana de este lunes 18 de enero, trabajadores de empresas que se dedican a la venta, alquiler y distribución de este recurso en la región.
Una de las empresas, ubicada en Valera, alquila cilindros de 6 metros cúbicos por el precio de 20 dólares mensuales. No obstante, los usuarios deben cancelar 150 dólares, por concepto de depósito, por el envase, en caso de no tener uno propio. Este monto se reintegra una vez devuelta la bombona.
El llenado, comentó un empleado a El Pitazo, cuesta 45 dólares y su duración va a depender del tratamiento de cada paciente. Algunos pueden usarla durante cuatro o cinco días y, dependiendo el tiempo de recuperación (en promedio de 20 días), podrían reponerla al menos en cuatro o cinco ocasiones.
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Otra de las empresas consultadas, ubicada en el municipio Motatán, cobra 50 dólares por el llenado, pero no pide dinero por concepto de alquiler. Tampoco solicita depósito, a menos de que el cliente lo solicite por no tener envase. Este cobro, que se devuelve al retornar el cilindro, cuenta unos 100 dólares.
Por otro lado, estos precios no incluyen el regulador de oxígeno. Un equipo que debe ser buscado en farmacias y está valorado en 140 dólares. Algunos prefieren pedirlo prestado a conocidos.
De acuerdo a los entrevistados, ha habido un aumento en la demanda de este servicio, no solo por particulares sino por clínicas privadas. Esto a consecuencia de la pandemia del COVID-19 y el temor que tienen algunas personas de dirigirse a los hospitales públicos.
“Al mes manejamos unos 10 pacientes nuevos para oxígeno medicinal. Los que no tienen han hecho el esfuerzo por pagar, porque no quieren a sus familiares en el hospital”, dijo uno de los trabajadores, quien prefirió no dar sus datos personales.
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Sin embargo, no solo este tratamiento contra la neumonía, asociada al virus, es costoso. Los familiares de los pacientes también deben destinar sus recursos a los medicamentos, que no siempre están disponibles en los centros de salud.
“Hace cuatro meses, mi papá y yo tuvimos COVID-19. Él fue el más afectado, estuvo 11 días en el hospital. Gracias a Dios contó con oxígeno, pero parte de los medicamentos debimos ponerlos nosotros”, contó una joven de 20 años de edad, residente de La Beatriz, sobre su experiencia en el Hospital Universitario Dr. Pedro Emilio Carrillo de Valera.
“Sé que ahora los medicamentos están más caros. Nosotros gastamos alrededor de 250 a 300 dólares entre los antibióticos, el Clexane, agua mineral (que eso sí piden constantemente) y la comida, que para los pacientes con COVID es vital”, describió la joven.
En clínicas privadas los costos se triplican, por lo cual es un gasto que pocos pueden hacer. Diariamente se pueden gastar entre 1.500 y 3.000 dólares, por concepto de hospitalización.
“Es más serio de lo que muchos piensan. Han pasado cuatro meses y mi papá no se ha recuperado del todo. Yo que lo viví, la experiencia de ver a un familiar sin poder respirar, no es agradable”, contó la sobresaliente del virus.
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