El Banco de Sangre del Hospital de Valera solo tiene reactivos para dos de siete pruebas de la serología. Fotos: María Gabriela Danieri
Valera.- El Banco de Sangre del Hospital Universitario Dr. Pedro Emilio Carrillo, del municipio Valera, en el estado Trujillo, no tiene los reactivos suficientes para realizar un estudio de serología, situación que ocurre desde principios de 2019. Hace seis meses llegaron los últimos insumos, pero son utilizados para estrictas emergencias, con el objetivo de racionarlos hasta la próxima dotación, cuya fecha de entrega, y cantidad, es establecida por la Fundación Trujillana de la Salud (Fundasalud).
De acuerdo al personal del centro de salud, el banco recibe de 30 a 50 donantes diarios, pero los remiten a clínicas privadas para aprobar su sangre, la cual es requerida para transfusiones a pacientes hospitalizados o a la espera de ser operados.
La serología consta de siete pruebas obligatorias: HTLV, chagas, sífilis, hepatitis b, hepatitis c, anticore y HIV. No obstante, el Hupec no cuenta con los reactivos para cinco de ellas y envía a los donantes, con las muestras, a centros privados, donde cada análisis cuesta hasta 90.000 bolívares.
PRINCIPALES HOSPITALES DE LARA NO TIENEN INSUMOSLEE TAMBIÉN
De toda la región Maira Ulloa, administradora del Banco de Sangre de la Clínica Maria Edelmira Araujo, contó que diariamente atienden un promedio de 30 personas remitidas del sector público. En mayor porcentaje del Hospital Universitario de Valera, seguido del Hospital José Gregorio Hernández, de Trujillo y, en menor cantidad, del Hospital Rafael Rangel, de Boconó.
La prueba solicitada es el VDRL o FTA, que son dos maneras de tipificar el diagnóstico de sífilis. Igualmente, los envían para hacer el HTLV 1 y 2, que es para detectar otros problemas en los glóbulos (leucemia). El mínimo que gasta un paciente es 180.000 bolívares, pues eso puede aumentar por el número de muestras y donantes. Incluso se arriesgan a que la sangre no esté apta y deban volver a cancelar.
Hay otros bancos de sangre privados, pero tienen como política no recibir a pacientes externos, debido a los costos elevados de los reactivos. «Los reactivos son importados y de cuarta generación. En el hospital los envían para acá, porque no pueden confiar en laboratorios pequeños, que pueden no tener los reactivos adecuados.
La serología es delicada, porque es para transfusiones» comentó Ulloa. La declarante comentó que en muchas ocasiones ha atendido a personas de escasos recursos, quienes piden colaboración.
Otra de las quejas de los familiares de los pacientes del Hupec es que tras pagar los estudios de la sangre, si no la usan en un lapso de 35 días, esta se pierde. Además, es intransferible entre conocidos. Cada quien debe procurar sus donantes en el tiempo indicado para las intervenciones quirúrgicas. Si esta no se da en ese lapso, el hospital no se hace responsable.
«Me pidieron los dos donantes y hay que hacerles serología fuera del hospital porque no hay los reactivos. Mi hija va a ser operada; le harán una cirugía en la cara. Debo tener la sangre para la semana próxima y también otros insumos que aquí no hay, cosas como gasas y guantes», contó María Florido, familiar de una paciente con una cirugía programada.
Los trabajadores del hospital, quienes no revelaron su identidad por no estar autorizados por la directiva, explicaron que siempre tienen un mínimo almacenado para las emergencias, pues el hospital recibe personas de los 20 municipios del estado e incluso de Mene Grande, estado Zulia, y Timotes, estado Mérida.
Los estudios de laboratorio también son racionados y los pacientes deben procurarlos por su cuenta. La hematología completa solamente es para quienes lleguen a consulta de emergencia. «Me pidieron exámenes de TGO y TGP, porque solo los hacen a los pacientes hospitalizados. Mi hija tiene hepatitis; ingresó a consulta por emergencia. Le hicieron la hematología, pero las otras pruebas, según me dijo la chica de laboratorio, solo son para los internos. Cada prueba, en el privado me sale en 80 mil», dijo Yasmeli Ortiz, familiar de una paciente de emergencia.
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