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El Senado brasileño aprobó este miércoles en primera instancia el «Presupuesto de Guerra» para combatir la pandemia del coronavirus, que ha dejado hasta ahora en el país 28.320 casos confirmados y 1.736 muertos, y en un día en que la Corte Suprema ratificó las decisiones de cuarentena regionales.
La Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC), presentada por el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, fue aprobada con 58 votos a favor y 21 en contra en una sesión virtual del plenario del Senado, que deberá votar el próximo viernes en segunda instancia.
Después de la votación del viernes, en la que se espera sea ratificado el resultado de este miércoles, el texto volverá a la Cámara de Diputados, donde ya fue aprobada, para corregir algunos puntos cuestionados por el senador instructor, el socialdemócrata Antonio Anastasía.
El objetivo de la PEC es separar del Presupuesto General del Estado los gastos de emergencia para combatir y contener la propagación del COVID-19 y evitar así un mayor impacto fiscal en un momento crítico y con desaceleración para la economía.
Entre las medidas aprobadas está la denominada «regla de oro», que impide al Estado contraer deudas para pagar gastos corrientes, como salarios, y la flexibilización para compras, contratación de personal y ejecución de obras con carácter de urgencia sin cumplir la Ley de Responsabilidad Fiscal.
Con la casi segura aprobación de la PE por parte del Congreso, el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro tendrá un plazo de 15 días para publicar la normativa para modificar el informe bimestral del Ejecutivo.
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No obstante, la PEC faculta al Congreso para vetar al Gobierno en «caso de irregularidad o cuando extrapole los límites» bajo el amparo de la disposición y permite que el Banco Central pueda vender y comprar títulos públicos y privados durante el estado de calamidad.
Las empresas beneficiados con algún tipo de acción bajo las nuevas medidas no podrán despedir a sus empleados.
La vigencia de la PEC será hasta el «fin de la calamidad», apunta el texto aprobado por los senadores en su primera votación.
El avance de la PEC en el Congreso se da el mismo día en que la Corte Suprema ratificó su decisión de respetar las determinaciones locales de gobernadores y alcaldes para combatir el coronavirus, como la cuarentena decretada en estado como el de Sao Paulo, que con 46 millones de habitantes es epicentro del COVID-19.
La decisión se opone a la propuesta inicial de Bolsonaro, que pretendía derogar por decreto las cuarentenas regionales, promulgando un aislamiento social vertical, específico para los adultos mayores y personas con enfermedades preexistentes y reabriendo el comercio, industrias y actividades que están cerradas.
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