Río de Janeiro- El Gobierno brasileño instó en un comunicado en el que expresó su repudio a la noticia sobre la ejecución de 11 rehenes cristianos en Nigeria por parte de yihadistas, a que todas las naciones se unan en defensa de la libertad religiosa y de los cristianos perseguidos en el mundo.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil se pronunció sobre el asunto un día después de la divulgación de un vídeo en que el Estado Islámico en África Occidental (Isawp, por sus siglas en inglés), exhibió la ejecución de 11 rehenes cristianos en Nigeria.
El video fue publicado por la facción del grupo yihadista Boko Haram, que en 2015 se alió al Estado Islámico y que justificó las ejecuciones de los rehenes el día de Navidad como una represalia por el asesinato del líder del Estado Islámico, Abu Bakr al Bagdadi, que murió en octubre de 2019.
«El Gobierno brasileño tuvo conocimiento, con indignación y consternación profundas, de las noticias sobre el asesinato hediondo de once rehenes cristianos por parte de criminales de la autoproclamada Provincia del Estado Islámico en África Occidental que habría ocurrido en Nigeria», según el comunicado de la cancillería.
Ante hechos repudiables como este, agrega la nota, «todas las naciones y todas las creencias tienen que unirse en el objetivo de eliminar del mundo los flagelos del terrorismo, de la persecución religiosa y, específicamente en este caso, de la violencia contra los cristianos».
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De acuerdo con el comunicado, el actual Gobierno de Brasil usa sus recursos diplomáticos para defender «la libertad religiosa en los más diferentes ámbitos, justamente con otras naciones».
»Brasil se empeña de manera especial en concienciar a la comunidad internacional sobre la persecución sufrida por los cristianos alrededor del mundo y sobre la necesidad imperiosa de combatir ese infame tipo de violencia», agrega la cancillería.
Desde que asumió su mandato el 1 de enero de 2019, el presidente brasileño Jair Bolsonaro, manifestó su posición en defensa de los principios cristianos, pese a reconocer el carácter laico del Estado.
Jair Bolsonaro, un excapitán de la reserva del Ejército bautizado como católico, tiene importantes vínculos con pastores de diferentes grupos evangélicos en Brasil, de los que proceden gran parte de su electorado.
