Caracas.- A menos de 24 horas de que la Corte Constitucional de Cabo Verde celebre una audiencia para decidir sobre la extradición o no del empresario colombiano Alex Saab, señalado de ser el testaferro del gobernante Nicolás Maduro, el barranquillero envió una carta, a través de su equipo de prensa, a los jueces del tribunal del país africano en la que pide que sea la justicia la que prevalezca en su caso.
Saab, quien detalló en su misiva que este jueves, 12 de agosto, se cumplieron 428 días de su detención, lamentó que no le dieran la oportunidad de presentarse para expresar en tribunales lo que que calificó de mala voluntad y malos tratos a los que ha sido sometido desde que fue detenido en Isla de Sal, el 13 de junio de 2020.
«Se ha escrito mucho desde entonces sobre quién soy, qué estaba haciendo en el momento de mi detención, mi condición de Enviado Especial, las numerosas irregularidades procesales que se produjeron porque la policía local, el Fiscal General y la Interpol estaban más interesados en satisfacer las necesidades de Estados Unidos que en preocuparse por mis derechos legales y cómo Cabo Verde se ha visto empujado en medio de una batalla política en curso entre mi país de origen, la República Bolivariana de Venezuela, y Estados Unidos», expresó Saab en la carta difundida este jueves por su equipo de prensa.
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El designado enviado especial por el gobierno de Maduro resaltó que las consideraciones políticas influyeron en su detención y recordó, al citar una declaración de la Cancillería rusa, que extraditar a un diplomático de un tercer país puede tener repercusiones negativas en las relaciones internacionales. «Cada participante en el momento judicial de hoy debe desempeñar el papel que se le asigna. A ustedes, los Guardianes del Tribunal Constitucional, se les pide que hagan justicia», agregó.
De acuerdo con el empresario colombiano, no solo su futuro será decidido este viernes 13 en la audiencia de la Corte Constitucional de Cabo Verde, sino también el de ese país, que, aseguró, pende de un hilo. «Espero y ruego que nuestros destinos no sean sacrificados en el altar de la conveniencia política», concluyó Saab en su carta.
