Gran Caracas.- Los dirigentes del sector transporte -que incluye transporte público y de carga- de 17 estados del país se reunieron este martes, 8 de junio, para denunciar “el millonario negocio del combustible” que los mantiene paralizados y exigir que se acabé «la pandemia de la matraca» en estaciones de servicio y alcabalas de toda Venezuela.
En el primer encuentro que el sector logró realizar en dos años, por la pandemia, los líderes de los principales estados de Venezuela en materia de transporte público extendieron un pliego de peticiones en el que exigen que se cumpla el acuerdo de establecer como exclusivas las 71 estaciones de servicio que les prometieron para el gremio y que sean expulsados de ellas los funcionarios militares.
Además, piden que se garantice el suministro de combustible en estas bombas especiales para el transporte público, que sea dolarizado el salario de los trabajadores públicos así como el costo del pasaje y que se ponga fin al abuso de poder de autoridades policiales y militares en alcabalas de todo el país.
La reunión, que tuvo lugar en la sede de FedeTransporte, en Caracas, fue una oportunidad para que los dirigentes regionales expusieran la grave situación de paralización del transporte público que afecta a transportistas y usuarios.
José Rosal, de la unión de conductores de Palo Verde-Petare, se refirió a las bombas en la ciudad de Caracas y las «mafias del gasoil». Aseguró que los transportistas hacen hasta 10 horas de cola para que al llegar a la estación de servicio y que les hagan saber que tienen 15 buses por delante que anotan los encargados de forma arbitraria.
Pedro Calles, dirigente de transporte del estado Lara añadió que en la zona «la intencionalidad del gobierno de paralizar el transporte es mayor». Aseguró que luego de cuatro o siete días de cola, llegan solo dos camiones y en muchas ocasiones piden a los transportistas salirse de las colas porque solo se surtirán vehículos de la gobernación.
Testimonios similares surgieron de dirigentes gremiales de Táchira, Bolivar, Mérida, Aragua, Carabobo y otras entidades en las que también reportaban la creación y proliferación durante la pandemia por Covid-19 de «terminales paralelos», que aminoran aún más el trabajo de los transportistas.
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«Lo que está detrás de la escasez del combustible, es un millonario negocio en dólares, y la otra cara de esta práctica mercantilista tramposa, son trabajadores del transporte sufriendo necesidades y privaciones durante días para equipar solo 100 litros de combustible y en algunos casos mucho menos, que no alcanza para trabajar un día completo», es la denuncia que se desprende del documento final de este encuentro.
Sin poder trabajar
Santiago Rodríguez, Director de la Cámara de Transporte del Centro, explicó que a los transportistas de carga pesada les ha tocado reducir sus viajes a uno corto por semana, pues no cuentan con el combustible suficiente y se ven obligados a hacer colas de hasta 15 días para poder abastecer una cantidad mínima e insuficiente.
«Realmente lo que hacemos es que sectorizar los viajes. Pero muchos productos son importados y necesariamente llegan al centro del país y entonces no podemos enviarlos y comienza el desabastecimiento… Nosotros queremos trabajar, pero de verdad que no podemos así», explicó este vocero.
Rodríguez añadió que las alcabalas, la matraca y el abuso son otros problemas con los que deben lidiar y que dificultan su trabajo.
Al respecto, José Luis Trocel, secretario del Comando Intergremial sector Transporte y presidente del Frente Unido de Transporte del estado Aragua, la necesidad de que prioricen la vacunación para los transportistas en el esquema establecido, pues la exposición los hace estar en riesgo.
«Los conductores están en estaciones de servicio y no tenemos dónde dormir, dónde comer y estamos en riesgo. Queremos vacunas ya para el transporte», dijo.
