Caracas.- Ver una bicicleta rodando en plena carretera es común en Venezuela desde que se agudizó la escasez de gasolina. Un estudio de diagnóstico comunitario realizado por la organización Resonalia, el pasado mes de mayo, reveló que cada vez son más las personas que están incorporando este medio de transporte a su vida cotidiana.
En un país petrolero donde la gasolina tenía un valor más bajo que incluso una botella de agua potable, el uso de la bicileta estaba casi reducido a la actividad con fines deportivos o recreativos, sobre todo para los niños y adolescentes.
Sin embargo, ahora una encuesta realizada por HumVenezuela revela que, en la actualidad, al menos 16.000 personas en 17 estados del país usan la bicicleta por necesidad debido a la imposibilidad de trasladarse en carro particular o en transporte público, que es poco y está en muy malas condiciones. Los datos son presentados en el trabajo titulado Derecho humano a la movilidad en Venezuela 2020, publicado por la organización Resonalia.
El estudio, en el que participaron 4.567 personas, indica que el 2,7 % de los encuestados usa la bicicleta para abastecerse de alimentos, 2,8 % para buscar agua, 1,4% para buscar medicina, 0,7 % para desplazarse a los centros de salud y 0,9 % para ir a la escuela.
«El uso de la bicileta permite lidiar con el impacto de la emergencia humanitaria en el país, convirtiéndola en un activo esencial para el sostenimiento de la vida. A nivel local y global, la bicicleta nos permite garantizar una movilidad accesible, activa, sostenible, eficiente e independiente de la industria de los hidrocarburos», detalla el documento.
Asimismo, el estudio plantea que es urgente que tanto Venezuela como otros países de la región se adapten a este nuevo sistema de transporte y que se atiendan las irregularidades y denuncias que han surgido en torno a la violación del derecho a la movilidad de quienes usan este medio para trasladarse de un lugar a otro.
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