El cuarto apagón nacional registrado en Venezuela el pasado 22 de julio aún tiene secuelas para los caraqueños, que pese a que vieron restituido el servicio, ahora sufren por el colapso del transporte subterráneo y el poco abasto que se da el sistema de movilización superficial activado en la contingencia.
No fue sino hasta las 12:00 pm de este miércoles, 24 de julio, cuando el Metro de Caracas reactivó su funcionamiento en la línea 1 y 3. Hasta entonces todos los ciudadanos que hacen uso del sistema, y que son aproximadamente 3 millones de personas diariamente, se vieron obligados a usar las líneas de buses y el servicio de Metrobús activado por la empresa Metro.
Los usuarios reportaron esperas de hasta una hora para poder abordar estas unidades del Estado, en las que les solicitaban una colaboración por el funcionamiento. “Nos pedían una colaboración de 200 o 500 bolívares, pero yo pienso que está bien, porque prefiero eso que pagarle 2.000 a los camioneteros”, opinó Víctor Espinoza, quien viajó desde los Valles del Tuy y aseguró que el proceso fue sencillo y solo debió llegar hasta la estación Charallave Norte, del Ferrocarril, para abordar una unidad que lo trasladó a Caracas.
“Hoy estuvo tranquilo porque es feriado; sin embargo, las colas del Metrobús en Caracas no están fáciles; pero imagínate mañana, cuando todo vuelve a la normalidad”, apuntó el ciudadano, quien considera que en estas contingencias el Estado debe convocar a los choferes desempleados para que ayuden a trasladar a los venezolanos.
Espinoza se encontraba a las afueras de la estación Zona Rental, desde donde salían las unidades de transporte público habilitadas por el Metro hacia el este y el oeste de la capital. Allí los trabajadores del sistema indicaron que estarían prestando servicio hasta que se restablecieran completamente las rutas subterráneas.
“A mí me preocupa porque no tengo efectivo para pagar por lo menos 7.000 bolívares diarios, que es lo que necesito para moverme de Las Adjuntas hasta Los Cortijos, lugar donde trabajo. Entonces me tocará pedir prestado, solucionar”, comentó el señor Jesús Flores, quien tenía 39 minutos esperando un metrobús para movilizarse hasta su sitio de trabajo.
La queja de otros ciudadanos que decidieron salir de sus casas este feriado fue la del “abuso de los transportistas”, pues denunciaron que los cobros oscilaban entre 1.000 y 1.500 bolívares para traslados cortos.
En la redoma de Petare, un colector admitió ofrecer traslados hasta plaza Venezuela por 1.200 bolívares. Las opiniones de los usuarios eran encontradas entre quienes apoyaban el aumento y quienes lo catalogaban como un abuso. “Como está el país, me parece que es un aumento razonable porque esa gente pregunta por un repuesto y le dicen un precio, pero a la media hora cuesta el doble”, explicó Julio Capote, trabajador ambulante en la zona.
Capote apuntó que luego del apagón se ha congestionado la zona entre quienes caminan para llegar a sus destinos y los que tienen la posibilidad de subir a una camioneta. Además aseguró: «Por aquí no se ha visto nada de esos metrobuses que prometió el Metro parta ayudar”.
Por esa razón Estela Machado y una amiga caminaron desde Sabana Grande hasta Capitolio este miércoles en busca de alguna parada del Metrobús. “Llegamos aquí a Capitolio y nos dijeron que pronto iba a llegar, pero seguimos esperando”, comentó esta vecina de Casalta, quien refirió que caminar hasta su casa podría tomarle una hora y media y que es una medida que ha debido emplear durante los apagones anteriores.
“Uno lo toma como ejercicio, pero también hay que considerar los peligros; por eso, si el metro no funciona no iremos a trabajar. Total, con lo que gano no me alcanza para pagar pasaje ni siquiera una semana entera”, dijo.
Hasta los adultos mayores rezongaron por el cobro del pasaje. Ramón Monsalve indicó que en las camionetas están cobrando por igual a jóvenes y a gente de la tercera edad, y que algunos bajan de las unidades a quienes no cuentan con el efectivo para pagar lo que exigen. “Aquí el abuso es constante, y cuando la gente puede sacar las uñas y cobrar más, pues lo hace… Los abusos no terminan”, dijo este señor mientras subía al Metrobús, que llegó luego de 40 minutos de espera en Capitolio.
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