Manuel Manrique destacó que sí hay gente buena en el mundo | Foto: captura del video
Caracas.- A paso lento un adulto mayor se dirige por la acera de una calle. Con un cartón de huevos en su mano y en la otra un bastón para poder caminar, lo sorprende un joven cuando le pregunta hacia dónde se dirige y le da la cola hasta la puerta de su casa. El hombre que le hizo el favor es un integrante de la ONG Sonrisas Unidas que se dedica a brindar ayuda a familias en situación de vulnerabilidad.
En el trayecto hacia su casa, el adulto mayor le habla de Dios y además le cuenta de las dificultades que padece junto a su familia para comprar alimentos. Pese a su crítica situación económica su fe parece inquebrantable.
El abuelo de nombre Manuel Manrique contó, en un video que publicó en Instagram Sonrisas Unidas este 22 de febrero, que las personas le han dicho que Dios se olvidó de ellos, pero él considera que es al revés. «Nosotros le hemos dado la espalda a Dios», expresó.
Manuel Manrique señaló que, pese a su situación, él siempre va al hospital a hablar con los enfermos de cáncer cuando les están aplicando la quimioterapia y que les pregunta por qué ellos consideran que están allí. Los pacientes le dicen que por su enfermedad, pero él los vuelve a cuestionar: «¿Usted no se ha puesto a pensar que está aquí para que miren a su alrededor?»
Todo lo que Manuel le comentó al trabajador de la ONG, José Zeila, sobre las lecciones que Dios le ha dado, conmovió profundamente al joven. Tanto así que en la descripción del video destacó que sus palabras lo sorprendieron.
Los miembros de la ONG habían abordado a Manrique con la intención de darle un mercado, actividad que forma parte de las jornadas que hace la organización no gubernamental. Sin embargo, las palabras del abuelo terminaron sorprendiendo al joven y a sus acompañantes.
El señor le dijo a Zeila, en medio de las conversaciones sobre Dios y la situación en Venezuela, que hacer mercado no está fácil. Cuando llegaron a la casa del abuelo, el trabajador de la ONG le dio una sorpresa. Le entregó alimentos que llevaba en la maleta de su carro. «Sí hay gente buena», le respondió el anciano.
Al llegar a la vivienda, una pariente del adulto mayor se emocionó por los alimentos recibidos. «A veces no tenemos cómo salir a comprar, por ejemplo, hace tres días yo no dormí«, dijo Manuel Manrique.
El lugar donde vive Manrique no se dijo en el video y tampoco lo informó el trabajador de Sonrisas Unidas.
Los adultos mayores en Venezuela han sido duramente golpeados por la crisis económica, política y social que vive el país. Un 86 por ciento de las personas de la tercera edad se encuentran en situación de pobreza, según reflejó un estudio realizado por la organización no gubernamental Convite C.A.
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