Ciudad Guayana.- Crisálida López, una ama de casa de 47 años, no logró comprar todas las hortalizas que necesitaba este lunes 12 de agosto. Ella caminó por los pasillos del deteriorado mercado de San Félix en Bolívar, pero casi ningún comerciante quiso aceptar los billetes que ella tenía en la cartera: un bulto de 100 billetes de 200 bolívares, 20.000 bolívares en total.
López pensaba comprar cebollín, perejil y tomates. No pretendía adquirir un kilogramo de cada cosa, porque sabía que no le alcanzaría, pero lo que nunca esperó es que no le aceptaran los billetes que tenía en la cartera. “Mi hijo es chofer de autobús y me vine al mercado a comprar unos montes con el efectivo que él me dio, que es justo lo que le pagan los pasajeros. Entonces yo no entiendo esto, el chofer de autobús lo acepta, pero cuando vienes al mercado con ese billete te lo echan para atrás; esto es un país de locos”, señaló.
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José Rondón, quien atiende una carnicería, dijo que algunos comerciantes han tomado la decisión de no aceptar la pieza del cono monetario, debido a que consideran que ya no tiene ningún valor en el mercado. “Si te pones a ver, cada vez necesitas muchos billetes de esos para poder pagar menos cosas, entonces la inflación se lo comió, está pasando lo mismo que con el billete de 100 bolívares, que ya desde hace un tiempo no circula por aquí”, añadió Rondón.
En ese mismo mercado, hace poco menos de tres meses, el billete de 100 bolívares desapareció. Nadie acepta esa denominación, aunque los cajeros electrónicos los siguen emitiendo. Ahora, la pieza de 200 bolívares no es aceptada en comercios de distintos rubros en ese centro de ventas.
“Yo ayer fui al banco y el cajero me dio billetes de 100 y 200. Solo los he podido utilizar en transporte público”, declaró José Medina, un usuario del mercado.
Otro ciudadano comentó a El Pitazo que el domingo 11 de agosto pagó con varios billetes de 200 bolívares en el mercado de Upata, municipio Piar, una zona ubicada a un hora de San Félix. “Entonces, si en el mercado de Upata me lo aceptan, ¿por qué aquí en San Félix no?”, se preguntó.
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