Por Juan Salvador Muñoz A.
Michael Jordan es «invencible”. Más allá de sus registros impresionantes que logró; como los seis premios a Jugador Más Valioso en la instancia decisiva (MVP por sus siglas en inglés), sus 14 llamados al Juego de Estrellas, sus seis anillos de campeón o que nunca su equipo llegó a un séptimo juego de la final, es invencible porque se levantó cada vez que cayó y lo intentó una y otra vez hasta lograr sus sueños.
El actual dueño de los Hornets de Charlotte es un ejemplo a seguir para niños, adolescentes, jóvenes y adultos. En el colegio le dijeron que «no servía para el basketball» y con su constancia fue el que marcó un antes y un después en el baloncesto. Además, aprovechó su época dorada para llevar el deporte de los gigantes a todos los rincones del planeta.
Reconoció su talento y con dedicación trabajó hasta llevarlo al nivel de dioses. Entre sus frases están «he fallado una y otra vez y por eso he tenido éxito«. Él era el hombre con la sangre fría en los últimos segundos para tomar el tiro ganador y tener el aplomo de convertirlo. Una de sus frases célebres es que «el talento gana partidos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia gana campeonatos».
Esa dedicación le ha permitido ser una figura admirada por todos y su tenacidad se refleja en su adagio «puedo aceptar el fracaso, pero no puedo aceptar no intentarlo». Por lo tanto, en su cumpleaños 58, este miércoles 17 de febrero, Jordan sigue siendo referencia para el mundo por la huella que dejó tanto dentro como fuera de la cancha. Equipo como el París Saint Germain lo felicitó por las redes sociales, también el periodista Enrique Rojas de ESPN.
