Cuentos de cuarentena –5–

En la parte de atrás de mi casa tengo un pequeño solar donde me gusta tener algunas gallinas. Nunca nos hemos comido una (¡je!) pero en estos días de cuarentena me quedé sin dinero y opté por vender una de las gallinas más grandes: según pude saber, a esa especie le dicen sarabicas por ser negras con manchas grises. Una señora mostró interés por comprar la gallina y pidió que se la describiera. Yo, muy inspirado, escribo «sarabica» y el corrector del celular me lo cambia a “satánica”. Le puse: «la gallina es satánica». No me di cuenta pero vi que la señora no me escribió más. Cuando le pregunté qué pasó con la gallina, que si la iba a comprar, me respondió que ella no quería gallinas satánicas en su corral, que muchas gracias.

JUAN MANUEL RANGEL
–Venezuela–